Estoy segura que te parece maravilloso descubrir alimentos que tienen tantos beneficios para tu salud y además están riquísimos? A mi me encanta hacer estos descubrimientos, algo así me paso cuando llego a mi vida el Mijo.
Es un cereal del que se tiene evidencia su consumo desde 5000 años A.C., se cree que su origen viene de África posteriormente pasó a la India y China, gracias al creciente interés por la alimentación saludable estamos incluyéndolo en nuestras recetas. Posee excelentes propiedades para nuestra salud, es una buena fuente de vitaminas del complejo B, que son las que ayudan al metabolismo, regulan el sistema nervioso y la producción de glóbulos rojos entre otros. Entre los minerales que posee está el magnesio que ayuda al funcionamiento muscular y nervioso, también aporta potasio, zinc, cobre y manganeso.
No contiene gluten así que es recomendable para los celíacos. Es una excelente opción si tienes una dieta vegetariana ya que aporta 6 gramos de proteína y es bajo en grasas.
Es muy recomendable agregarlo a la dieta de los diabéticos como sustituto del arroz ya que tiene un alto contenido de fibra y tiene la capacidad de disminuir la resistencia a la insulina.
En el proceso de combatir las enfermedades, alcaliniza el cuerpo al contrario de otros cereales, equilibrando el pH de la sangre ayudando a combatir los efectos acidificantes de una mala alimentación.
Su uso en la cocina es tan variado que no vas a poder decir que no lo vas a incluir en tus preparaciones, a mi lo que más me gusta es que lo puedes usar como ingrediente primordial para compactar preparaciones como croquetas, hamburguesas, pasteles salados o dulces. Su sabor es poco intenso así que combina perfectamente con vegetales, lo puedes acompañar de legumbres, ¡vamos que a inventar recetas se ha dicho!
La forma de cocinarlo es igual al arroz y casi todos los cereales, debes lavarlo antes y yo particularmente lo cocino una parte de mijo por dos de agua, pero por ahí quizás consigas consejos que tripliques la cantidad de agua, eso depende de la textura que quieras obtener. Lo que si no puede fallar es que lo cocines a fuego lento unos 20-30 minutos para que el grano absorba bien el agua y quede en su punto.
Como la mayoría de cereales se ha de consumir cocido para evitar toxinas que no son buenas para nuestra salud.
Pancakes de mijo y sésamo
Ingredientes
1 1/4 tz. de Harina de avena
1 cda. de Polvo de hornear
1 cdta de edulcorante de tu preferencia
1/4 cdta de Sal
2 cdas de Semillas de Sésamo tostadas
La piel de un Limón
Pizca de Comino
2 cdas. de Algas Nori o Kombu tostadas y picadas en trocitos pequeños
1 Huevos
1 tz. leche de Almendras
2 cdas de Mantequilla de cacahuete o cualquier fruto seco
1 tz. de Mijo cocido
Un chorrito de Aceite de Sésamo (opcional)
Preparación
En un bowl grande mezcla la harina, el polvo de hornear, la Stevia, las semillas de sésamo, la piel del limón, el comino y el alga.
Aparte bate los huevos, la leche, la mantequilla y el aceite de sésamo. Agrega esta mezcla a la mezcla de los ingredientes secos y con la ayuda de un tenedor o varillas y trabaja la mezcla hasta que se junten los ingredientes. En este punto agrega el mijo y no mezcles mucho.
Calienta una plancha o sarten a fuego medio-alto y engrásalo levemente, preferiblemente con aceite coco, que su punto de humo es el más alto y así evitarás que se queme. Para probar la temperatura de la plancha o sarten agrega unas gotas de agua y cuando el agua baila es la temperatura adecuada. Agrega 1/4 de la mezcla y cocina hasta que doren los bordes y la superficie este un poco seca, que puedas darle la vuelta con una espátula. Cocina el otro lado hasta que dore, así cada pancake hasta agotar la mezcla.
Nota
Puedes sustituir el Mijo por cualquier otro cereal de tu preferencia, lo puedes probar usando arroz y verás que te quedarán con un sabor un poco a nuez, ¡es increíble!
Igual puedes sustituir la harina, solo tendrás que tener en cuenta que al cambiar la harina necesitarás variar la cantidad de líquido, algunas harinas necesitan más o menos líquido.
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